Use the Google translator

Vivencias

                                Narradas por quien integra la segunda generación de los primeros pobladores.-

                                        PROLOGO:                   


Es solo  una pincelada de un cuadro,  que pretendo trasmitir y dejar registrado con el supuesto de ser leído, basado en mis recuerdos, captado con la visión de mi niñez, interpretado desde esa óptica  y  trasmitido ahora en pocas palabras.-
Intentare reflejar detalles costumbristas de la época pasada y en el desarrollo, sin ser lo importante, incorporando algún aporte de opinión propia.-
Esto hará ver hoy, comparativamente una imagen diferente, que no es acorde a la actual y también que correspondía a época económica muy distinta y  ahora modificada por toda la tecnología asociada  a la vida.-



La escolaridad primaria:
La concurrencia a la escuela, en mi época era de cumplimiento efectivo y nuestra madre, nos ponía como punto de referencia el modelo de Sarmiento, “que no  faltaba nunca a clase”.-

Ahora evalúo lo bueno y malo de este proceder.-  Eso fragua en uno un sentido del cumplimiento del deber, pero supongo que en un estudio psicológico dirían los detractores que ese proceder me ligo toda la vida a un  cumplimiento compulsivo.-
Sera una carga, pero dio frutos y me permitió superar en el tránsito de la vida,  los requerimientos que el trabajo pedía y la competencia que la función laboral pudo exigir.-

Yo viví  una época en que recuerdo que la maestra de la primaria les decía a los alumnos que si no tenían goma de borrar, usaran miga de pan, también que para suplantar la pomada negra de los zapatos, pusiéramos hollín de las ollas.-     También  para aprovechar mas el lápiz ya gastado, se usaba un prolongador para el ultimo resto y cuando se usaba tinta, la portera de la escuela, hacia tinta azul, con unas pastillas que disolvía en el agua y se podía llevar tinteros involcables y luego las tapiceras con tanque de gorma interior eran escasas.- 

Comenzó a darse el vaso de leche y un emparedado, pero también solía faltar por temporadas.

Para ir a las dos escuelas, recurría al único camino posible, lindando al alambrado del ferrocarril, con el ligustro que a veces semi-ocultaba la visión  de algún linyera… o cosechero desocupado o croto, que venían en los trenes  y se quedaba en la playa de carga de Saenz Peña, hasta que regresaban a levantar otra cosecha o que hacían noche en un vagón o hacían un refugio con cualquier material para tener el minino de reparo.- El nombre "croto" no es despectivo, viene del apellido del Gobernador de la Pcia. de Bs. As. Jose Camilo Croto que dispuso que los braceros viajaran gratuitamente en los vagones de carga del ámbito provincial.     

Fui a escuelas de capital, la primera  “Lastra” mixta hasta 2° grado, y luego 3er. Grado en “Nueva York”, solo varones, por lo que termine cursando en la escuela  “Antonio Devoto” y viajando en tren,  con abono ferroviario.-

No debería recordar lo malo, pero al recordarlo, demuestra el daño prolongado que ocasiona en un niño, el efecto de repetir  primero superior y más cuando fue por una injusticia  de parte de la maestra.- Quizá yo no aprendía, pero la causal fue una mentira no mía.-

También tuve un maestro, de apellido Corrales, pero yo ya venía ablandado del 1ro. Superior y nada le dije a mis padres, pero por leer mal, (ligero),  aplicaba la pena de un golpe en la cabeza con la escuadra de filo.-  (Después con el tiempo muchos fueron a aprender lectura veloz).-

En la Escuela Antonio Devoto, se podía tener acceso a la biblioteca que tenia la colección de la revista  Hobby  y recuerdo que me invitaron a un cumpleaños de un amiguito, compañero de aula, que vivía frente a la estación Villa Devoto, lo que para mí, fue una gran experiencia, que me mostró un mundo  desconocido y del amigo aun me queda el recuerdo del apellido Dillon.-


Del Jardín botánico  reservado del Conde Antonio Devoto, con plantas exóticas, traídas exclusivamente, recuerdo haber visto frutos raros ….la construcción posterior de otra escuela,  hizo desaparecer el jardín,  …y al tiempo también la colección de la revista Hobby.-

Infancia:
Quiero ser absolutamente veraz,  pero en los hechos a veces se involucra al narrador  que es contemporáneo, pero pretendiendo dar una visión para el futuro, recomiendo descartar  y enfocar solo el entorno para poder así  historiar la época.-

La infancia, el mejor momento de la vida, donde se puede ser feliz teniendo todo y también no teniendo nada, quizá por la inocencia.-

Mi primer juguete fueron carreteles de madera de máquina de coser industrial, que mi padre me trajo varias veces, lo que me hacía muy feliz.-  Recuerdo en detalle todos los juguetes y las travesuras que hacía con ellos, (ponerle maíces a un escopeta de resorte), pero aun con ello nada justifica, el no darle un juguete a un niño.- También era la época del “mecano” que nunca tuve y solo llegaron a mis algunas piezas, tampoco tuve bicicleta, pero a veces la alquilaba por horas, pero si tuve un triciclo de ruedas grandes. Mi hermano tuvo bicicleta y un accidente.-  (Ver en imágenes)

Para mi y mis amigos vecinos, tener una pelota era difícil porque se perdían, por no poder recuperarla de dentro de una casa  o si se  rompían las de cuero, había que mandarlas a cocer.- Jugábamos en la calle, asfaltada, con pelota de trapo hechas con una media rellena y cascotes para marcar el arco.- Un día de Reyes, encontré una palangana con agua y muchas pelotas.-

Había otros juegos y los que el ingenio inventaba, al triángulo con bolitas, al hoyo,…con figuritas a la arrimada, al canje de la colección de Nestlé, que repitió un par de años, con alguna figurita difícil.- Hoy comprendo que otros eran peligrosos, como la guerrilla con cascotes, entre villa Raffo y villa Devoto, en escasas veces, y la billarda, que era arrojar un pedazo de palo de escoba con puntas, con un bate.-

Paso tanto tiempo que ya se desvanecen los recuerdos, y hasta los juegos,  no afloran de inmediato, imposible no mencionar el yo-yo, el balero, con el agregado de tachas para darle mas peso, el avión Godet.- Recordemos a la planta de mora blanca. sus gusanos de seda y el vecino que me enseñaba también a injertar plantas.-

Cazar mariposas, incluyendo la monarca y siempre intentando hacer una colección para luego dejarlo para el año próximo, donde había bandadas arrastradas por el viento que hoy ya no existen, otras eran de palomas, que volaban  bajo y haciendo giros para retornar a el palomar de algún vecino.-

En las dos palmeras de mi casa, el trino de abundantes pájaros comenzaba a la madrugada y lo seguía durante el día, acompañado con los cantos de chicharra en los días de calor, todo esto mis bisnietas no lo podrá  ni imaginar.-

Los chicos, se encontraban en la vereda, al atardecer que era lo habitual, para charlar, jugar, salir a correr dando vuelta la manzana y cuando oscurecía en verano, mis padres y vecinos se sentaban en la vereda, al fresco  para conversar entre ellos.-

Mi safari infantil, alguna vez fue retrasar el regreso de la escuela y jugar con amigos en el campo frente a la escuela Lastra, también podía ser ir a la playa de carga de Saenz Peña o ir al desaparecido árbol de ombú en hoy Pasaje Palacios, casi Santa Rosalía, lo que conformaba mi pequeño mundo.-

La miseria era un acontecer que viví y ahora  interpreto….….era la salida de la “crisis del año 30”.-


Entorno de  mi niñez ;
 Nunca imagine  que iba a cambiar tanto el mundo y  menos que pudiera  verlo.-

Villa Raffo tenía vigilancia privada, ….créalo, yo de muy niño, sentía a la noche el silbato del sereno que rondaba custodiando, se llamaba Felipe González, había sido boxeador,  con alguna pelea en Uruguay  y que hacia su recorrida, una época caminando y posteriormente en bicicleta, pero no puedo ubicarlo en el tiempo.-


Conocí a quien enfrento a los empleados de la  perrera, para que le devolvieran el perro que habían sacado de adentro del alambrado domiciliario  y era un carro, tipo planchada, con un cajón grande con una jaula reja, al centro y un contorno de camino, para desplazarse.- Uno levantaba el perro, se lo alcanzaba al que estaba en la pasarela y este lo introducía en la jaula por arriba.-  Además estaba el conductor del carro.-

Yo escuche, era de noche, estaba acostado, y no me dejaron salir a ver, pero a una vecina le cantaron una serenata, que era una forma muy romántica de declarar o ratificar el amor.- Nunca más se repitió.-

Los sepelios querían demostrar la importancia del dolor por la pérdida del ser querido, que se efectuaban siempre en el domicilio del difunto y con la mas ostentosa demostración posible y recuerdo el que se efectuó en la calle San Pedro, con carroza de cuatro caballos, con  dos lacayos de galera, caballos que se paraban de mano.- Nunca volví a ver algo similar.-   Hubo funebres blancos para los bebes.-                                           
El duelo de los familiares directos, se cumplía con el retiro, uso de ropa negra, luego medio luto y también brazaletes en los sacos del hombre.-

El reparto de leche, se  iniciaba desde el tren lechero, que representaba a mayoristas, luego el lechero repartidor, que tenía un margen para diluirla, por lo que había inspectores  para control, que en  caso de infracción, obligaban a derramarla,  pero cuando entregaban a domicilio con otro tachos mas chicos, se notaba la calidad de la leche, por la nata que se formaba sobre la leche.- Después comenzó a repartir el mismo lechero, en botellas con tapa de cartón y luego metálica.-

En los Carnavales de Avenida de Mayo, recuerdo se barrían con ramas de palmeras, la enorme cantidad de papel picado  y la amontonaban contra el cordón al que alcanzaba de altura.-  En mi niñez había además de los días establecidos, había otro sábado llamado de flores  y otro de cenizas.-

Con mis padres  fuimos en un carruaje de plaza, (mateo) al “corzo de  flores de Avenida de Mayo”  transportando un canasto de flores, todas de tamaño cortas, para ir arrojándolas, como otros y en remplazo de papel picado.-        Rememoro además los diverso complementos que se usaron, la matraca, la serpentina, un año se uso plumerillos vegetales,  masa de plástico, pomos de perfume de vidrio, espuma, etc.-

Cabe recordar a los varios corsos de se hicieron en la calle Ameghino, auspiciado por los comerciantes, como también una proyección de cine al aire libre, en la plaza de Saenz Peña.-

Había costumbres   de que cuando se techaba una casa se ponía una rama arriba del techo y se festejaba con un asado con los intervinientes…

Cuando se ofertaba algo para alquilar, se ponía una tablita, envuelta en papel banco, en la puerta de la casa, como aviso.-

En un casamiento, cuando salía de la novia de la casa paterna, para la iglesia, el padrino tiraba monedas para los chicos presentes.-

Yo recuerdo a los “linyeras”, solo pedían comida y eran respetables personas, que mi madre hacia entrar al jardín de mi casa, a sentarse y comer comida caliente, sin nunca tener problemas, pero había incluidos una casta de “cosecheros” trashumantes y otros hasta con vivienda propia, esperando la próxima cosecha para ir a trabajar.-


No pude comprender algunos casos, había uno que no tenia zapatos, solo tablitas atadas en los pies y hacia un fuerte ruido al caminar, muy conocido en Saenz Peña, (Narducho),que quedo fotografiado.- Otro  que rechazaba una limosna ofrecida, también vi a tres, ambulantes con sus pertenencias en un carrito de ruedas y en el mismo las dedicatorias con nombre, lugar y fecha.-

Los zapatos se gastaban, eran de suela  y se mandaba a reparar a un zapatero remendón, que ofrecía  cambio de suela, media suela, taco, o taco de goma  con variantes de refuerzo de metal en puntera o en  taco.-   

Una vez visitamos a un conocido de mi padre, que vivía en su casa de Saenz Peña, de  oficio tapicero, con tal dificultad económica, que el piso de madera estaba en parte hundido y lo vi asentando la hoja de afeitar dentro de un vaso con agua.-

Por la puerta de mi casa, he visto, el afilador, el que vendía maní caliente, el hombre orquesta, el que vendía cucurucho sin helado con opción sorteo, un arreo creo que de gansos que cubría toda la calle, habitualmente pasaban un carro del mimbrero  y de dos mujeres verduleras.-

Con los vecinos se confraternizaba y era quien estaba presente ante una necesidad o en un festejo como el de facilitarle el patio del jardín de la casa, retirando el alambrado de cerco divisorio, para el baile de casamiento de una hija del vecino.-
También recuerdo que solían invitarme a comer higos de la planta inmensa de su casa, como también el mandar alguna comida para probar, la que ella hacia.-

Teníamos la tabla de lavar, de madera que mi madre usaba en un piletón hecho de mampostería revestida.-

Cuando llego el reparto de soda con carro, era de verlo, como el sodero hacia el recorrido y el caballo con el carro, sabía los lugares y las esperas para continuar.- 
      
Había otras cosas, alguna langosta retrasada de las que fueron bandadas, ya plaga en extinción y en el acceso de la escalera a la estación del ferrocarril, se veían volar escasas langostas con alas coloridas como mariposas.-   Son reales, existentes y están en el museo de Ciencias Naturales.- 

Un vecino, de la calle hoy Chile, mato un águila, que quizá estaba enferma o vino siguiendo alguna carga del ferrocarril.-

En la vereda de calle Sta. Rosalía esquina hoy Av. Benito Ferro, estuvo desde siempre un gran trozo de árbol petrificado, con un peso estimado de más de una tonelada.-

De la tierra salían unos escarabajos (tanque) se veían unos días y no aparecían hasta el próximo año y los alguaciles, anunciando cuando iba a llover.-

La antigua empresa SEGBA, tuvo que disponer de personal con una larga pértiga y una  antorcha en la punta para quemar la gran cantidad de barriletes enredados y acumulados, que ocasionaban dificultades en las líneas  aéreas de trasmisión.-

La peluquería de los hermanos Sadick tuvo un indicador, tipo americano, no giratorio, con rayado circular y lo cambio por un letrero “peluquería” en letra gótica.-

En el terreno del ferrocarril, en la playa de maniobras próximo a la escalera de la estación, hicieron un silo de trigo embolsado, por la gran cosecha y la falta de lugar de acopio, que estaba rodeado de chapa clavada en la tierra, evitando roedores, cubierta con lona, que pasado el tiempo se abicho  y  que ayudado por  el viento dispersaba a los molestos jejenes en toda la villa.-

Sin paredes en el fondo de mi casa, yo ingresaba al Centro Recreativo y Cultural, Villa Raffo, todo hasta que construyeron la monumental cancha de pelota a paleta cerrada, con balcones internos para presenciar, con lo que me obligaba a ingresar por el frente.




Espero seguir incorporando recuerdos de las siguientes etapas de mi existencia en Villa Raffo, con mis hoy 84 años.-

E mail   lopezosvaldor@gmail.com

Llamada internacional        54-11-4757-3313 /  54-11-9-6700-8395


Realizadora del Blog :        Susana  M. Cipriano de Lopez


Ultima actualización          03/09/2018


Sujeto a futuras revisiones y ampliaciones.  Toda figuración es gratuita,  sin patrocinante y no reconociendo a ningún representante.

Actividad sin fines de lucro. Hecho los depósitos en custodia en Dirección Nacional de Derecho de Autor, bajo Nº 5203570 y subsiguientes.- 
Autorizada la reproducción con mención de la pagina del Blogger.